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Como prevenir el cáncer

Como prevenir el cáncer

Mireia Cervera 06 Octubre 2022

En este post te explicaremos concisamente que es esta enfermedad, cómo y por qué las células de nuestro cuerpo se vuelven cancerosas, e indicar qué alimentos conviene evitar y cuáles pueden protegernos y reducir el riesgo de cáncer. De esta manera, colaboraremos activamente en el mantenimiento de tu salud.

¿Qué levante la mano el que no haya tenido un familiar o una persona cercana que no haya sufrido cáncer? Imposible ver una sola mano alzada en la sala. El cáncer es una de las principales causas de muerte en todo el mundo; según la OMS en 2012 hubo unos 14 millones de nuevos casos y más de 8 millones de muertes relacionadas directamente con el cáncer. Se prevé que el número de nuevos casos aumente en aproximadamente un 70% (sí has leído bien: un 70!) en los próximos veinte años. Actualmente, en España el cáncer es la segunda causa de muerte tras las enfermedades cardiovasculares. Estadísticas duras, crudas y sangrantes aunque desgraciadamente reales como la vida misma. La finalidad de este post no es asustarte con la enumeración de datos demográficos sobre el cáncer (aunque podríamos), sino todo lo contrario. Una de las bases más importantes de la prevención consiste en identificar la presencia de factores de riesgo para poder reducirlos o evitarlos conscientemente.

El cáncer se produce, por razones aún no bien conocidas, algunas células pierden el control sobre el crecimiento y sus mecanismos de muerte natural y comienzan a multiplicarse desordenadamente y fuera de control formando tumores, tan simple y a la vez tan complejo. Los tumores pueden ser benignos o malignos, pero el término cáncer se refiere sólo a los malignos.

Las causas del cáncer pueden ser numerosas, variadas y en parte aún desconocidas. Existen causas relacionadas con la herencia genética, con el tabaco, la exposición a ciertas radiaciones (rayos X y radiaciones UV), la contaminación ambiental, la dieta y algunas infecciones víricas o bacterianas. Pero algunos componentes de la dieta, junto con el tabaco y ciertos contaminantes ambientales, son considerados actualmente como los principales causantes de la enfermedad, responsables de casi un 70% de los cánceres, de los cuales la mitad puede ser directamente relacionado con la alimentación, un porcentaje similar al que se le relaciona con el tabaco. Sin embargo, la relación tabaco/ cáncer tiene mucho más calado social que la relación dieta/ cáncer. Al igual que se avisa en los paquetes de tabaco (y cada día de una forma más explícita, que friega el mal gusto), los consumidores deberían también ser advertidos de las consecuencias del consumo de ciertos alimentos.

La dieta comprende un conjunto muy amplio de componentes que interacionan entre sí y con otros factores, y cuya actuación favorece o protege de la aparición del cáncer. Se ha identificado en los alimentos un numero considerable de sustancias con potencial cancerígeno. Cada vez hay un mayor consenso a la hora de considerar que el efecto más importante de la dieta es su potencial capacidad para inhibir el proceso cancerígeno. Pero a pesar de los años transcurridos y de las numerosas investigaciones realizadas, la realidad es que todavía no es posible afirmar con certeza si hay alimentos o componentes de éstos que se puedan considerar culpables de provocar cáncer, ni tampoco cuáles exactamente, son los componentes de los alimentos que tienen una acción beneficiosa específica.

A pesar de la dificultad para identificar el papel que desempeñan todos los componentes de un alimento, actualmente está demostrado, que algunos de ellos, tanto de origen natural como artificial, contienen elementos potencialmente cancerígenos capaces de alterar la información genética y dañar las células. Algunos de los más comunes son los ahumados, curados o salazones, así como los alimentos contaminados por hongos (aflatoxinas). Por lo tanto, no hace falta ser un erudito para saber que no conviene abusar de estos productos.

Los alimentos cancerígenos están presentes en muchas dietas, y muchas personas aún lo desconocen.

Existen evidencias significativas en las que las frutas y verduras representan los alimentos más importantes para la reducción del riesgo de numerosos tipos de cáncer, ya que contienen numerosos compuestos bioactivos que actúan, posiblemente, como protectores, reduciendo el riesgo de cáncer. En este sentido, se apuntan, entre otros: los antioxidantes como el beta caroteno y otros carotenoides, las vitaminas C y E, el selenio y el zinc. Así pues, como ya hemos dicho repetidas veces, las fuentes más ricas en antioxidantes son las frutas y los vegetales y, un bajo consumo de estos alimentos se ha relacionado con una mayor incidencia con cánceres de pulmón, cavidad oral, faringe, laringe, esófago, estómago, colon, recto, vejiga y cuello uterino.

Entre los vegetales, las más beneficiosas son las crucíferas: coles, repollos, coles de Bruselas, coliflores, nabos, rábanos, brócolis … pues se les atribuye un efecto protector específico, derivado de su capacidad de liberar índoles ( de probado efecto quimiopreventivo) en el intestino, que se suma a su riqueza en fibra, vitamina C y carotenos. También otros productos vegetales tienen asociados efectos protectores contra el cáncer, pero en éstos no siempre está clara la frontera entre mito y realidad. Por tanto, si bien el consumo abundante de fruta y verdura es el pilar esencial para protegernos del cáncer, la ingesta de este tipo de hortalizas, varias veces a la semana, es especialmente recomendable en una dieta anticancerígena.

Es decir, que la alimentación, gracias fundamentalmente a las frutas y otros vegetales, es por encima de todo una fuente de factores protectores. Así, se acepta que una alimentación saludable (variada, equilibrada, suficiente y agradable), lo cual pasa necesariamente por la inclusión de abundantes productos de origen vegetal, tienen un papel clave en la prevención primaria del cáncer. Todos tenemos la capacidad de llevar una vida saludable. Está en tus manos reducir el riesgo a desarrollar el cáncer comiendo de la forma adecuada, y como dice el refrán “Más vale prevenir que curar”.

Mireia Cervera Nutricionista grupo Teresa Carles Healthy Foods - Flax & Kale