El melón es la fruta refrescante por excelencia de los meses de verano. Su sabor dulce y agradable es especialmente apetitoso cuando llega el calor y el sol aprieta. No te pierdas en este post todas sus características, propiedades nutricionales, curiosidades y consejos para degustar el rico melón.
El melón pertenece a la familia de las Curcubitáceas, al igual que la sandía y el pepino. Se cree que fueron los árabes los que introdujeron esta fruta a la Península, y desde aquí fue llevada a América en el siglo XVI. España es uno de los principales productores de melones (primer país de Europa y tercero del mundo). Se cultivan especialmente en Murcia, Valencia, Castilla la Mancha y Andalucía.
Aunque el melón es una fruta de temporada de verano, que va desde mayo hasta septiembre, actualmente, gracias al número de variedades de esta fruta (existen más de 850 tipos diferentes) y a la existencia de cultivos de invernadero, se puede disponer de melones durante todo el año. De color verde, amarillo o anaranjado y también blanco, en España los más populares son : el piel de sapo, canario amarillo y Galia.
Existen muchas variedades de melón, pero las más populares son piel de sapo, canario amarillo y Galia.
A pesar de su dulzura, el melón destaca principalmente por su alto contenido en agua (90%) y su escaso valor calórico. Por este motivo es el refresco ideal para mantenernos hidratados y calmar la sed durante los meses estivales. Además es también una fuente de fibra lo que mejora el tránsito intestinal combatiendo los problemas de estreñimiento. Destaca su contenido en vitamina C; 100 gramos de melón nos proporciona más de la mitad de la recomendada al día. No debemos olvidarnos de su contenido en betacarotenos, siempre y cuando optemos por los melones de pulpa naranja, una sustancia sumamente antioxidante y protectora que ayuda a prevenir el cáncer y la aparición de enfermedades cardiovasculares. El melón es muy rico en potasio que contrarresta el sodio y aumenta la micción por lo que lo convierte en un buen diurético natural y nos ayuda a evitar la retención de líquidos.
Para elegir un melón hay que fijarse en que no tenga manchas, cortes o golpes en la cáscara. También es importante que tenga un olor dulce y notorio, esto nos guiará para saber si está maduro. Y si tienes que escoger entre varios, llévate el más pesado, porque generalmente los melones de cáscara gruesa tienen mejor sabor.
Los melones de carne anaranjada, especialmente la variedad Cantalupo, son los que poseen más cantidad de betacaroteno.
Si el melón ya está maduro guárdalo en la nevera para que dure hasta dos semanas. Una vez abiertos, en general los melones, se conservan pocos días en el frigorífico. Para alargar su conservación, una vez abiertos conviene guardarlos en la nevera bien cubiertos con film transparente. También se pueden congelar y tenerlos a mano para preparar refrescantes sorbetes y/ o smoothies. Siempre se debe comer bien maduro, ya que en caso contrario, resulta indigesto.
El melón es una de las frutas que más se consume en verano como postre o entre horas, pero también es ideal para preparar deliciosas recetas. Como primer plato en forma de gazpacho o crema, como guarnición en ensaladas, y en forma de granizados y sorbetes para tomar a cualquier hora.
El melón es la fruta veraniega por excelencia, es el auténtico snack dulce bajo en calorías que puedes tomar a todas horas. Esta fruta gigante es casi toda agua, por lo que nos sacia, nos hidrata y nos ayuda a eliminar toxinas. Añádelo a tu dieta y disfruta de todos los beneficios de esta fruta típica del verano. Una gran fruta y no sólo por su tamaño.