La sandía es la gran dama del verano. Es una de las frutas más sanas y ligeras, ya que nos aporta mucha agua y minerales, importantes para combatir los calores estivales. Descubre en este post mucho más sobre la sandía, propiedades, usos, trucos y consejos.
La sandía (Citrullus Lanatus) pertenece a la familia de las curcubitáceas. También se la conoce con el nombre de melón de agua, patilla o aguamelón. Es una fruta de origen africano, conreada originariamente en la ribera del Nilo. Fue introducida en España por los árabes; actualmente se cultiva por toda la península, principalmente en Andalucía y en zona de Levante.
Las sandías son de muchos tipos y especies, en la actualidad pueden identificarse más de cincuenta diferentes; de corteza oscura o clara, rayadas, o incluso sandías sin semillas, que en realidad las tienen pero son pequeñas, blancas y apenas perceptibles. En la cuencamediterránea florecen entre junio y julio y maduran 40 días después de su floración, por lo que están en su mejor momento al tratarse de un alimento de verano, incluso a principio del otoño, aunque hoy en día se encuentran todo el año gracias al cultivo en invernaderos.
La sandía es la fruta con más contenido de agua, de manera que es un excelente diurético.
Compuesta de hasta un 90% de agua y con un aporte calórico muy bajo, es una fruta altamente recomendable en dietas para adelgazar y como fuente de hidratación para poder sobreponerse a las altas temperaturas estivales. De pulpa roja-rosada y jugosa - aunque hay variedades con pulpa blanca, morada o incluso amarilla-, de un dulzor intenso cuando están maduras, y con su poder refrescante, la sandía es sin duda alguna la protagonista del verano.
Pero, ¿cuáles son sus beneficios y propiedades más importantes de la sandía? ¿Qué valores nutricionales posee? Este regalo de la naturaleza, de gusto dulce y refrescante y con un efecto depurador sobre el organismo, tiene interesantes propiedades nutricionales. Es la fruta con mayor contenido en agua, cerca de un 90% y contiene además minerales como el magnesio y el potasio, útiles para la actividad muscular y los impulsos nerviosos. Es la fruta que menos calorías aporta, sólo 20 por cada 100 gramos que la convierte en una opción recomendabe en caso de dietas para adelgazar. El color rojizo de la pulpa de la sandía se debe a la presencia de licopenos y betacarotenos, presente también en los tomates, sustancias con propiedades antioxidantes naturales muy beneficiosas. Pero sus virtudes no acaban ahí, dado que también se trata de una fruta indicada cuando comemos y bebemos en exceso, dado que nos ayuda a que nuestro organismo depure, favoreciendo así la eliminación de toxinas.
Lo mejor para saber si la sandía está madura y dulce basta con fijarnos en el peso, cuanto más pesada más madura, o sino simplemente darle una palmada, si se oye hueca, ¡escógela! estará en su punto. Otro consejo es elegir aquellas en las que la marca redonda, la zona de apoyo en el suelo, sea de color amarillo pálido, que quiere decir que la fruta ha madurado en la mata y ha sido recolectada en el momento preciso. Al contrario de lo que pasa con otras frutas, la sandía no continua madurando una vez recolectada. Otro truco, sobre todo cuando se lleva a la playa o al campo, es abrirla por la mitad y dejarla al sol unos minutos. La evaporación de parte del agua que contiene hará bajar la temperatura, al igual que el sudor, y la tomaremos fresca, sin necesidad de frigorífico.
Sabremos que la sandía está madura cuando la marca de contacto con la tierra sea de color cremoso.
La sandía sin abrir se conserva a temperatura ambiente hasta 30 días. Una vez abierta es necesario cubrirla con papel film y guardarla en la nevera un máximo de 7 días y a una temperatura de 4º a 6ºC. Si horneamos durante 10 minutos a 60ºC la cáscara se quedará dura, y podremos aprovecharla para otras cosas, como por ejemplo, a modo de cesta para nuestras macedonias.
Se trata de una fruta muy versátil, con la que podemos elaborar muchos platos veraniegos en poco tiempo: gazpachos, ensaladas con sandía (¡pruébalo! da un toque refrescante muy original), zumos, sorbetes, helados, macedonias (combinada con kiwis, melón, fresas o plátano) todos ellos muy refrescantes e ideales para cuando apetececn platos ligeros para combatir los calores estivales.
Ahora ya lo sabes! No consumas sandía sólo porque está riquísima, sino porque es la fruta idónea para incluir en tu dieta diaria: es buena para la salud, es refrescante y sabrosa y ideal para ser tomada en verano. Aprovéchate que es temporada, las buenas sandías son las que se consumen cuando hace calor.