La fermentación de alimentos es una artesanía de siglos de antigüedad. El ser humano recurría a este sencillo procedimiento ya en Mesopotamia, y se fue extendiendo por todo el planeta dando origen al vino, al chucrut, al kimichi, al queso y al yogur. Los fermentados eran la norma de la mayoría de los hogares. La gente curaba sus carnes, pescados, cereales, verduras, legumbres, bebidas... para asegurarse tener suficiente comida para futuras necesidades.
Sin embargo, con la llegada de la revolución industrial se empezaron a utilizar procedimientos industriales para conservar los alimentos y, poco a poco, se fue perdiendo en los hogares esta técnica ancestral de conservación.
Pero gracias a los últimos descubrimientos científicos que revelan la importancia de los alimentos probióticos para nuestra salud física y mental y la tendencia a una alimentación más natural y de temporada, los alimentos fermentados vuelven a estar de moda.
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¿En qué consiste el proceso de fermentación?
La fermentacion es un proceso que se desarrolla en ausencia de oxígeno, en el que una serie de microorganismos, como pueden ser bacterias, levaduras o mohos, descomponen moléculas complejas en sustancias más simples potenciando su sabor y aroma e intensificando algunas propiedades nutricionales del alimento.
Importancia de los alimentos fermentados para la salud:
El intestino determina en gran medida, el correcto funcionamiento del sistema inmunológico, de ahí que un desequilibrio en la flora intestinal pueda provocar problemas alérgicos y enfermedades autoinmunes. E incluso por su estrecha relación con el cerebro puede provocar transtornos neurológicos (ansiedad, depresión, autismo...).
Los alimentos fermentados constituyen la mejor fuente de probióticos, de ahí el puesto de honor que ocupan al promover la buena salud intestinal. Su consumo proporciona los siguientes beneficios:
- La fermentación enriquece nutritivamente las verduras, sobre todo en vitamina E y vitaminas del grupo B. Por ejemplo: el chucrut contiene 20 veces más vitamina E que la col fresca.
- Los productos fermentados son ricos en probióticos, que son microorganismos vivos adicionados que permanecen vivos activos en el intestino y ejercen importantes efectos fisiológicos.
- Mejoran la función digestiva y nos ayudan a absorber los nutrientes, vitaminas y minerales que ingerimos. Producen enzimas que favorecen los procesos digestivos y evitan el estreñimiento.
- Se obtienen alimentos más nutritivos y digeribles, las bacterias hacen parte de la digestión por ti.
- Refuerzan el sistema inmunitario. Los lactobacillus ejercen un control sobre los microorganismos indeseables y evitan que se instalen en el intestino.
- Aportan diferentes bacterias, aumentando nuestra diversidad bacteriana. Una mayor diversidad de la microbiota está ligada a menores riesgos para la salud.
- Prevención de obesidad y diabetes. Un estudio ha demostrado que la abundancia de Akkermansia muciniphila (una de las bacterias más abundantes de la microbiota) disminuye el riesgo de padecer Obesidad y Diabetes 2.
Más allá del yogur, el kéfir, el vino y la cerveza existen muchos más alimentos fermentados
Alimentos fermentados
- Verduras adobadas o pickles
- Chucrut o col fermentada
- Umeboshi (ciruela fermentada)
- Miso
- Tamari y salsa de soja (elaboradas con soja fermentada)
- Temphe
- Kimchi
- Kombucha
Como veis, los beneficios de comer alimentos fermentados son muy variados. ¡Pero cuidado! No todos los fermentados son iguales, los que venden en grandes superficies suelen ser pasteurizados, y por lo tanto, sin microorganismos vivos. Y, por último, si no estás acostumbrado a estos alimentos inclúyelos gradualmente a tu alimentación ya que nuestro paladar debe adaptarse a la intensidad de sabores.
