La flora intestinal desempeña un papel fundamental en nuestra salud y bienestar. Sin embargo, sigue siendo una gran desconocida. En este post os vamos a explicar de forma entendedora y resumida que es y cómo podemos cuidarla.
Nos podemos referir a ella como flora intestinal o como microbiota. Y engloba a toda la comunidad de organismos microscópicos que viven en nuestro intestino. No hablamos ni de 4 ni de 100; hay billones de ellos. Y la inmensa mayoría son bacterias. Si, BACTERIAS.
Cuando oímos la palabra "bacteria", todos echamos a correr. Durante siglos han tenido muy mala prensa. La verdad es que algunas se los han ganado a pulso. Efectivamente, hay bacterias causantes de infecciones gravísimas, e incluso mortales; son las llamadas patógenas. Pero no todas las bacterias son el enemigo. De hecho, la inmensa mayoría de las bacterias son buenas, con tanta cantidad de bacterias a nuestro alrededor, si la mayoría fuesen patógenas no duraríamos ni un minuto con vida. Hay bacterias en el intestino, en la vagina, en la boca, en la nariz y también en la piel. Todo este sorprendente mundo bacteriano vive de, para y en nosotros, de manera que existe una relación en la que los dos salimos ganando. Mientras nosotros le damos cobijo y alimento, estos microorganismos realizan funciones fundamentales para nuestra salud y bienestar.
La flora intestinal es el mayor reservorio de microorganismos de nuestro cuerpo, y está siendo ampliamente estudiada por muchos expertos que han recopilado abundante información sobre sus importantes funciones. Funciones tan destacables como las de proteger nuestro organismo de microorganismos potencialmente perjudiciales, controlar la proliferación y diferenciación de las células intestinales, producir vitaminas y favorecer los procesos de digestión y metabólicos.
Para cuidar de nuestra microbiota hay que tener en cuenta que una dieta muy variada y rica en fibras vegetales está asociada a una mayor diversidad de nuestra flora intestinal, y por lo tanto más saludable. Los probióticos, los prebióticos y los simbióticos son los elementos de la dieta más estudiados y mejor reconocidos por sus efectos beneficiosos nuestra flora.
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PROBIÓTICOS
Son microorganismos vivos que, al tomarse en cantidades adecuadas, nos producen un beneficio para la salud. Los probióticos resisten el paso por el tubo digestivo y llegan vivos al colon.
Los aspectos más importantes sobre los probióticos:
- Son capaces de sobrevivir en el tracto gastrointestinal y adherirse al epitelio (la capa más superficial del intestino).
- Sus propiedades dependen de la especie, de la cepa y de las cantidades en qué se consumen.
- Son capaces de modular/ cambiar/ mejorar la microbiota intestinal.
- Disminuyen la permeabilidad intestinal, consiguiendo que el intestino funcione adecuadamente.
- Producen cambios en el sistema inmune, modulándolo y/o estimulándolo y por tanto tienen (o podrían tener) un efecto sobre infecciones y enfermedades autoinmunes.
- El tipo de cantidad de bacterias de nuestra flora varía a lo largo de nuestra vida.
Alimentos ricos en probióticos: los fermentados (miso, kéfir, yogur, yogures vegetales, cerveza turbia artesana, umeboshi, verduras fermentadas (chukrut, kimchi, kombucha, kéfir de agua...) y los germinados.
PREBIÓTICOS
Son sustancias vegetales no digeribles que pueden formar parte de algunos alimentos. Una vez consumidos, al llegar al intestino, sirven de alimento para las bacterias benéficas, como los lactobacillus y las bifidobacterias, hospedadas en nuestro intestino.
Alimentos ricos en prebióticos: verduras, frutas, cereales integrales, semillas...
SIMBIÓTICOS
Productos que contienen tanto probióticos como prebióticos. Aunque esta combinación está poco estudiada aún, se ha descrito un efecto sinérgico entre ambos al estimular los prebióticos el crecimiento de cepas específicas contribuyendo por tanto a la instalación de una microflora bacteriana específica con efectos beneficiosos para la salud.
Nuestra alimentación es fundamental para tener una buena microbiota intestinal, pero también lo es para "ser feliz". Nuestra salud intestinal, hormonal, inmunológica y emocional vienen determinada por la composición de nuestra flora intestinal. A todos nos ha pasado. Las situaciones de nervios pueden hacer reaccionar a nuestro sistema digestivo. Y, por el contrario, las buenas sensaciones en nuestro sistema digestivo también pueden traducirse en mejores sensaciones psicológicas. ¿Cuántas veces estamos malhumorados y nos hemos sentido mejor después de comer?
Así que podríamos decir, aunque sea un poco simplista, que "a bacterias contentas, mentes felices". De la misa forma que no dudamos en cuidar nuestro corazón, la piel o cualquier órgano. No deberíamos olvidarnos tampoco de nuestra flora.
