El verano llega a su máximo esplendor con el sabor dulce y sugerente de los higos. Descubre en este post todas sus propiedades nutricionales y como sacarles el máximo provecho.
Los higos provienen de Asia desde donde se extendieron por todo el Mediterráneo. España es, junto a Grecia y Portugal, el mayor productor. Las provincias de Ávila y Toledo, concentran fuertes producciones de higos frescos, al igual que Alicante, Murcia, Huesca y Lleida. En España, casi el 90% de la cosecha se deseca, ya que una vez arrancados del árbol no duran más de una semana.
Las brevas son las primeras frutas estivales que dan anualmente las higueras y son más grandes, perfumadas y de sabor menos dulce que los higos, aunque con la carne más prieta. Estos, más pequeños y dulces, aparecen como segunda cosecha de los mismos árboles a partir de finales de agosto. Ambos frutos pueden ser de color blanquecino, verde, púrpura o azulado, y de color negro o rojo oscuro. Pero en realidad, hablamos del mismo fruto en diferentes cosechas. Entre las variedades más apreciadas de brevas se encuentran la Colar, la Goiña y las Ñoras. En cuanto a los higos, destacan la Cuello de Dama, de forma achatada y gran sabor.
Sabías que: Hipócrates los recomendaba para calmar la fiebre y durante muchos siglos,siglos, en diferentes culturas, se han utilizado “menjunjes” a base de higo, para curar catarros y aliviar el dolor de garganta.
Pero además de su sabor, los higos o brevas tienen muchas propiedades beneficiosas para el organismo. Sus virtudes nutricionales los hacen idóneos para personas que realizan actividad física, pues son ricos en agua y azúcares, además de aportar fibra y minerales como el magnesio y el calcio. Tanto es así, que ya los griegos se lo daban de comer a sus atletas para competir en las Olimpiadas. En cuanto a otros nutrientes, contiene betacarotenos de acción antioxidante que neutralizan la acción dañina de los radicales libres por lo que contribuyen a combatir los signos del envejecimiento. Por su contenido elevado en potasio y bajo en sodio, resultan recomendables para aquellas personas que sufren hipertensión arterial o afecciones de vasos sanguíneos y corazón. Son laxantes, aumentan las defensas del sistema inmunológico y disminuyen el nivel de colesterol en sangre.
Los higos se pueden adquirir en el mercado desde finales de agosto hasta el comienzo de octubre. A la hora de comprar higos hay que escoger los pesados al tacto y que cedan suavemente al ser presionados, aunque sin deformarse. La piel ha de estar tersa y el rabillo tierno pero bien unido al fruto. Es importante, también, que desprendan un aroma suave, pues un olor excesivo, sobre todo si es ligeramente ácido, significa que están pasados o demasiado maduros. No hay que olvidar que, incluso en el frigorífico, los higos se conservan durante unos pocos días, no más de 3.
El higo es un alimento muy dado a comer fresco, pero en los últimos años se ha transformado en la cocina dando lugar a multitud de variantes: mermeladas, tartas, compotas, pan de higo… por no hablar de su presencia como ingrediente complementario en platos “principales”, muy habitual acompañando a platos y guisos con carnes, pastas, ensaladas… dando un buen contraste de sabores.
Enriquece tus platos de vitaminas, minerales y fibra con este dulce saludable que nos regala la naturaleza. Su temporada es muy breve, así que date prisa a disfrutar de ellos. Aunque no olvides que también podemos consumirlos durante todo el año secos.