Se ha comprobado a través de diversas revisiones científicas, que las bacterias probióticas, presentes en los alimentos fermentados, reducen el colesterol por disminuir la absorción del mismo.

Debido a su contenido en vitaminas del grupo B, contribuye a mantener un metabolismo activo y a obtener energía 100% natural de manera más rápida.

Investigaciones han comprobado que las personas que consumen probióticos presentes en los fermentados de manera habitual, pierden peso más fácil y constante. *Fuente: NIH Centro Nacional de información Biotecnológica.

Las enzimas, las bacterias y otros metabolitos secundarios del proceso de fermentación poseen una gran capacidad de desintoxicación del cuerpo.

La idea de que las bacterias del intestino afectan la conducta no es una novedad. Se ha demostrado que la ingesta habitual de probióticos aumenta los neuroquímicos de la felicidad (dopamina y serotonina). Mayor salud intestinal, mayor felicidad.

Los compuestos del té verde y negro se ven aumentados durante la fermentación de kombucha y facilitan la eliminación de los radicales libres del organismo.

En los alimentos con cultivos vivos, como la kombucha, ingerimos bacterias que ayudan a digerir los alimentos y producen múltiples compuestos protectores.

Las bacterias que contiene la kombucha pueden estimular la producción de ciertos componentes del sistema inmune. Estas bacterias junto con las levaduras, además, actúan como probióticos.

Su rica aportación en vitaminas del grupo B y minerales como magnesio, zinc, cobre y manganeso, contribuye a mejorar los niveles de energía en una refrescante bebida naturalmente gasificada.

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