Lo cierto es que resulta difícil explicar qué es la felicidad. Aunque el diccionario la define como «estado de grata satisfacción espiritual y física», qué consigue que una persona alcance ese estado es muy subjetivo. Joan Tort, coordinador del Atlas de los países en busca de la felicidad (Larousse, 2022), cree que quizá el secreto esté en la idea filosófica de «aprender a saber estar en el mundo».
Ahora bien, ¿existe la fórmula de la felicidad? ¿Esa receta milagrosa cuyos ingredientes, bien mezclados y en su justa proporción, nos lleven a ese estado que define el diccionario? Probablemente sí.
Habría que empezar por poner en la probeta una buena ración de hacer lo que nos guste, aunque no sea más que durante un día. Puede ser algo tan sencillo como cambiar de look. Es importante porque con ello conseguiremos aumentar la autoestima. Y si nos queremos más, seremos más felices.
Añadamos una buena dosis de viajes. A donde sea, tú eliges. Un estudio de la Universidad de Washington en 2021 demostraba que viajar era una de las actividades que más felices hacen a las personas. En función de los datos que arrojaba el informe, quienes viajaban de manera habitual al menos a más de 120 kilómetros de su casa se sentían un 7% más felices que aquellos que no viajaban nunca o que lo hacían con poca asiduidad.
Mezclémoslo con buena compañía a cascoporro, de esa que nos brinda la gente positiva, porque con ello conseguiremos que nuestra perspectiva de la realidad sea más optimista y tengamos más ganas de vivir.
Y que no se nos olvide añadir una buena porción de vivir el presente y ser agradecidos por todo lo bueno que nos rodea. El perdón, mejor dicho, aprender a perdonar, también es un camino hacia la felicidad.
Para terminar la fórmula, una buena cucharada de disfrutar del aire libre, hacer ejercicio o practicar algún deporte. Ayudará a liberar endorfinas, lo que produce una agradable sensación de placer y de bienestar. Y, por supuesto, disfrutar de una vida sana.
Como es una receta abierta, añádele cuantos ingredientes más te hagan sonreír, respirar a pleno pulmón y cosquillitas en el alma a tu gusto.
KOMBUCOLA, LA FÓRMULA DE LA FELICIDAD DE FLAX & KALE
Probablemente, cuando has leído lo de la fórmula de la felicidad, se te haya venido a la cabeza una bebida famosa. Bueno, la que Flax & Kale te propone es también una bebida refrescante, de color marrón, su nombre acaba en -cola y le da mucha chispa a la vida, pero ahí acaba el parecido.
Se llama Kombucola y es, en realidad, una kombucha. Igual de refrescante que los refrescos convencionales, pero con un 75% menos de azúcar y un 60% menos de calorías, por lo que aúna todo lo bueno del sabor de la cola y todos los beneficios de la kombucha: baja en azúcares por su proceso de fermentación, estimulante gracias a las vitaminas del grupo B, antioxidante y rica en probióticos que refuerzan el sistema inmunológico.
El sabor refrescante se lo aportan las notas cítricas de limón y naranja y el color tan característico se lo da la malta. Y no te podemos contar mucho más de su composición porque, como buen refresco de cola (guiño, guiño, codazo, codazo), su fórmula es secreta.
Además de la Kombucola, Flax & Kale ofrece una amplia gama de kombuchas que te ayudarán a llevar una vida saludable sin renunciar al placer. Disfrutar de la vida, de la buena vida, esa que te regala salud y risas, es el primer paso para alcanzar esa cosa tan bonita que llamamos felicidad.
