Las cerezas son una de las frutas más deseadas por todos, descubre en este post todas sus ropiedades y beneficios para nuestro organismo, así como ideas para disfrutar de esta deliciosa fruta en nuestra mesa.
Las cerezas son las frutas de primavera-verano más conocidas y apreciadas, y a parte tenemos la suerte que aún son muy estacionales y todos esperamos ansiosos la llegada de esta apreciada fruta pequeña, rojiza y deliciosa. Grandes y pequeños disfrutamos comiendo este magnífico manjar cuyos colores van del amarillo al negro. Y es que , ¿a quién no le gustan las cerezas?
Pocos paisajes ofrecen una imagen tan bella como los campos de cerezos en flor; cuando el aire empieza a oler a primavera y nuestro instinto nos reclama esta fruta reluciente, rojiza y repleta de antioxidantes. Un manjar de primavera - verano que dependiendo de cuánto dure el frío de invierno, podemos empezar a degustar a finales de abril hasta medianos de agosto.
La palabra cereza viene de Cerasonte, una ciudad italiana donde se cultivan muchos cerezos. Esta fruta originaria del Medio Oriente, se ha aclimatado muy bien en casi cualquier región del planeta. En Europa los romanos iniciaron su cultivo en el año 680 de la era cristiana. En España destaca la producción del Valle del Ebro, zonas de Andalucía y el País Valenciano. En Cataluña la comarca con más producción es la del Baix Llobregat, aunque también destacan la zona del Alt Empordà, el Segrià y el Alt Camp.
Las cerezas son ricas sobre todo en vitamina C y bioflavonoides que la convierten en un excelente antioxidante.
Sus propiedades beneficiosas para el organismo son inversamente proporcionales a su tamaño. Las cerezas tienen pocas calorías y gran cantidad de agua, así que son perfectas para los primeros días calurosos de verano. Son frutos muy ricos en fructosa, el azúcar de la fruta, que las hace aptas para diabéticos, eso si, siempre y cuando se respeten las raciones indicadas por el médico. La fibra presente en su composición ayuda a regular el tránsito intestinal gracias a su efecto laxante. considerada también una buena fuente de vitamina C y bioflavonoides, que la convierten de por sí en un excelente antioxidante. A su vez protege el corazón y favorece la circulación de la sangre, ayuda a mantener en buen estado los capilares de la retina ocular, siendo perfecto para la conservación de la vista. Por si fuera poco, el color rojo de esta fruta nos indica que tiene alto contenido en antocianina, que es otro gran antioxidante beneficioso para eliminar radicales libres y prevenir enfermedades tales como el Alzheimer, el cáncer o la artritis. Los minerales más abundantes son el hierro, el magnesio y el potasio, éste último importante en la actividad muscular normal. Las sustancias contenidas en las cerezas hacen que disuelvan impurezas del organismo, expulsando el ácido úrico del mismo, pues tiene una acción depurativa de primer orden en la sangre y en el organismo.
Las cerezas se deben recolectar bastante maduras, y a la hora de comprarlas debemos elegir las más jugosas y maduras, mejor de color rojo o negro intenso, dependiendo de la variedad. En casa se conservan bien un par de semanas si las guardamos en la nevera sin lavar ni tapar.
Se suelen consumir frescas, aunque también a nivel culinario son muy apreciadas, sobretodo para preparar postres como tartas, pasteles, mousses, compotas y mermeladas. Pero también están deliciosas en gazpacho, ensalada, o como acompañamiento de carnes grasas como el pato o el cerdo. ¡Pero cuidado! porque las cerezas son una tentación y es fácil que se terminen antes de elaborar la receta con ellas.
La cereza es una fruta muy popular además de muy gustosa al paladar; la cual nos aporta muchísimos beneficios para nuestro organismo y increíbles propiedades nutricionales, pero su temporada dura muy poquito, así que aprovecha para recargar las baterías de este excelente fruto.